Todo recibir de Dios y agradecerle por sus dones y su vida
« Un día recibido de ti, Padre, ya lo hemos puesto en tus manos, tal y como será »

Pero, en un mundo
- tan organizado,
- tan planificado,
- tan fascinado por la técnica,
- En un mundo en el que el hombre tiende a hacerse el centro de sí mismo, dueño de su nacimiento, de su vida y de su muerte
Creer en la Providencia de Dios ¿aun es posible?
- Cuando el vivir juntos viene a ser cada día más complicado
- Cuando las sociedades los estribos
- Cuando Dios se relega a la esfera privada e intimista de la existencia


La Providencia clama su inocencia y canta su simplicidad
Llama
- a la confianza
- a la acogida incondicional del otro tan diferente y que tanto nos molesta
Invita
- a valorar a los más pequeños
- a cuidar el vivir juntos
- a vivir la solidaridad
- a hacer progresar la hospitalidad
- a acoger la alteridad hasta quedarse transformado, transfigurado


Así es como las Hermanas de La Providencia quieren
«ser signos del Reino en marcha».
Entonces sus casas se hacen Providencia, abiertas y acogedoras a todos, según el deseo de Madre María José, fundadora de la Congregación.